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PolíticaPeriodismoDerechoBiografía

Acosta Cárdenas, Miguelina (¿-1938).

Una de las primeras mujeres peruanas que tuvo una completa formación universitaria. A través de su intensa labor periodística y su militancia social, desempeñó un papel clave en el incipiente movimiento de mujeres peruano en la primera mitad del siglo XX, abogando -junto a otras personalidades políticas y sociales destacables- por los derechos de la mujer, las preocupaciones de la clase obrera y de los grupos indígenas del Perú.

Miguelina -cuya fecha de nacimiento no ha sido determinada en las publicaciones existentes- nació en Yurimaguas, en el departamento amazónico de Loreto, durante la última década del siglo XIX, en medio de una época marcada por el boom de la demanda internacional del caucho que revitalizó la economía peruana pasada la Guerra con Chile.

Los padres de Miguelina, Miguel Acosta Sánchez y Grimanesa Cárdenas Montalván, pertenecientes al grupo de terratenientes de la amazonía favorecidos por el boom, desearon para ella una educación sofisticada que la preparase como ama de casa a la vez que administradora de las riquezas generadas por la explotación de la materia prima. Es así que enviaron a Miguelina a Europa para que allí realice sus estudios básicos y secundarios, como se acostumbró con los hijos de los grupos rentistas amazónicos.

Miguelina estudió en Francia, Suiza y Alemania, tras lo cual regresó al Perú, en el período en que la explotación cauchera había desaparecido por el descubrimiento del sustituto sintético que ahora conocemos. Al regresar a su pueblo natal -en fecha aún no precisada por sus biógrafos- Miguelina fundó allí el primer colegio local de mujeres, trabajando en él como profesora hasta su traslado a Lima para estudiar en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Durante sus estudios universitarios, Miguelina estuvo interesada en diferentes grupos de activistas sociales y políticos, entre los cuales destacó su vinculación con la "Asociación Pro-Indígena", institución fundada en 1909 por el estudiante Pedro Zulen y Dora Mayer. En 1914, Miguelina empezó a contribuir con el incipiente movimiento de mujeres peruano. Fue elegida como parte de la Junta Directiva de la organización feminista "Evolución Femenina", fundada en ese mismo año por María Jesús Alvarado Rivera. Dentro de esta organización, Miguelina demandó para las mujeres tanto mejores oportunidades de educación como también los mismos derechos civiles y políticos que los varones.

El periodismo ayudó a Miguelina para poder expresar sus reivindicaciones sociales. Entre los años 1917 y 1920, Miguelina dirigió junto con Dora Mayer -otra miembro de la organización "Evolución Femenina"- el semanario independiente "La Crítica". Allí no sólo dirigió el semanario, sino también publicó numerosos artículos firmados con los seudónimos "Maac" y "Emedosa". Los artículos de "La Crítica" abordaron temas relacionados al movimiento de mujeres en el Perú y en el extranjero; la reforma universitaria de 1919 y la defensa de los derechos de los indígenas y de los obreros. De entre ellos destacan los artículos de Miguelina referidos a la formación de las mujeres: Sostuvo que era menester de la sociedad el brindar una buena educación a las mujeres, pues bien formadas se encontrarían en mejores condiciones para desempeñar adecuadamente su papel de madres de familia.

Después de la Primera Guerra Mundial, el Perú se vio enfrentado a una grave crisis económica causada por la creciente carencia de alimentos básicos y la consecuente alza de los precios de las subsistencias. Motivada por el contexto, "La Crítica" dedicó casi todos los artículos a la situación económica del país, destacando aquellos escritos por Miguelina por su agudeza analítica y el compromiso que expresaban con los sectores más afectados.

En abril de 1919 surgió en Lima una nueva organización llamada "Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias", en la cual se movilizaron aproximadamente 30 mil obreros. Esta organización reclamó la reducción de los precios alimenticios y del alquiler, y demandó al gobierno que obligara a los latifundistas a producir para el abastecimiento interno y no sólo para la exportación.

Al mes siguiente, motivado por la presencia de la mujer en las jornadas de lucha, el "Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias" invitó a Miguelina -entre otras mujeres destacadas- a participar en una asamblea con el fin de organizar un Comité Femenino que apoyase las actividades generales. En esta asamblea, Miguelina expuso lúcidamente su opinión sobre la crisis económica, siendo luego elegida como presidenta del Comité Femenino, y asumiendo la tarea de organizar para el 25 de mayo una manifestación de mujeres contra el hambre.
Un día antes de realizar la manifestación, mujeres pertenecientes a delegaciones de distintos sectores sociales se reunieron en la casa de Miguelina, respondiendo a la convocatoria que se hizo en el diario limeño El Tiempo.

Aunque la manifestación haya sido prohibida por las autoridades municipales, hombres y mujeres participantes del evento se reunieron en la tarde del 25 de mayo en el Parque Neptuno -en el centro de Lima- para realizar el llamado "Meeting del Hambre Femenino". El grupo -entre 2000 y 5000 personas- fue liderado por Miguelina y algunas otras coordinadoras. Varias mujeres llevaron pancartas con escritos como: "¡Abajo la burguesía!"; "¡Queremos pan!"; "¡Abajo los capitalistas y los acaparadores!"; "¡Viva la organización femenina!".

Al querer trasladarse hacia la Plaza Mayor, los manifestantes fueron impedidos por la policía. Se produjeron enfrentamientos violentos entre las fuerzas del orden y los participantes de la manifestación, quienes se defendieron con piedras contra los ataques. A pesar de las represiones, una parte del grupo logró entrar a la Plaza Mayor, donde se produjeron nuevos enfrentamientos entre policías y manifestantes, dejando a numerosos heridos. Ninguno de estos incidentes imprevistos pudo impedir la realización del "Meeting del Hambre Femenino", en el cual las mujeres fueron protagonistas y expusieron su descontento con la situación económica del país.

El 26 de mayo el "Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias" decidió lanzar una queja por el maltrato que habían sufrido los participantes de la manifestación del día anterior, solicitando la destitución del Jefe de Policía. La policía respondió con el apresamiento del secretario general y varios de los miembros de la organización. Ante ello, el "Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias" proclamó una huelga general que paralizó por 4 días la vida económica de Lima y del puerto del Callao.

Después de estos sucesos, el Comité Femenino, bajo la presidencia de Miguelina, siguió reuniendo a mujeres de diferentes sectores sociales para planear futuras actividades. Cambió el nombre en "Comité Femenino Pro-Abaratamiento de las Subsistencias y Alquileres" debido a la importancia del peso de los alquileres en la manutención de las familias. Sus objetivos no vieron realización por su pronta desaparición ese mismo año.

En julio de 1920, Miguelina recibió su título de bachiller en Jurisprudencia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Dos meses después, "La Crítica" publicó su tesis titulada "Nuestra institución del matrimonio rebaja la condición jurídica y social da la mujer", en la cual Miguelina expresó el profundo compromiso que tuvo con la defensa de los derechos de las mujeres.

En su tesis criticó la definición del matrimonio formulada en el Código Civil de 1851 en el mismo sentido que fuese discutida por el grupo de intelectuales feministas de "Evolución Femenina" -porque dentro de él prevalecían la patria potestad y tutelaje masculinos sobre la mujer-, agregando tres observaciones importantes: La primera sobre la contradicción existente entre la necesidad de la autorización del esposo para declarar en los juicios y la no obligatoriedad de ella en caso de ser encausada criminalmente. Miguelina sostuvo que si la mujer no fuese capaz de ejercer sus derechos en juicio, entonces también necesitaría ser representada por su marido en el caso de ser acusada. La segunda sobre el impedimento de la mujer para desarrollar actividades económicas sin la autorización de sus esposos; ante la cual hizo recordar que estos derechos habían sido ejercidos durante la soltería y que no deberían ser alienables por el sólo hecho del matrimonio. Finalmente, señaló que los artículos relacionados a esta definición no valoraban a la mujer como entidad jurídica, le robaban la libertad de acción y no obligaban a los hombres de una actitud de obediencia recíproca con las esposas.

Después de su graduación, Miguelina no dejó de participar en las actividades sociales de Lima que pretendieron mejorar la condición de obreros, indios y mujeres. De entre ellas destaca especialmente su participación en la "Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres" en diciembre de 1924. Allí expuso su idea de crear un sistema de maestros rurales ambulantes, cuyo fin era mejorar la educación de los indígenas para transformarles en ciudadanos conscientes y responsables, capaces de ejercer sus derechos y obligaciones y con anhelos culturales y progresistas. Estos maestros rurales ante todo debían enseñar a los indios cómo usar las materias primas de cada región, cómo construir viviendas higiénicas, cómo hacer uso de los artículos alimenticios locales y cómo aplicar las plantas medicinales para combatir las enfermedades. La participación de Miguelina en el círculo de intelectuales, obreros e indios que había surgido alrededor de Mariátegui entre los años 1923 y 1930 motivó la publicación de esta exposición en febrero de 1928 en la revista vanguardista "Amauta".

Los últimos años de su vida, Miguelina vivió en el Callao, la parte porteña de Lima. Murió en 1938 y fue enterrada en el cementerio Baquíjano y Carrillo del Callao.

Bibliografía.

  • Clerici, Annina. Die erste Etappe der peruanischen Frauenbewegung. Ein Überblick vom ersten feministischen Grundsatzprogramm im Jahre 1911 bis zur Gewährung des Frauenwahlrechts im Jahre 1955. Tesis. Zürich 1996.

  • Figueroa Anaya, Nelson y Asunta Montoya Rojas. De voces, sueños y osadías. Mujeres ejemplares del Perú. Lima 1995.

Annina Clerici.

Autor

  • Annina Clerici.