Acevedo, Isidoro (1867-1952).

Político español socialista, escritor, periodista y uno de los primeros miembros fundadores del Partido Comunista de España (P.C.E.). Nació en la localidad de Luanco (Asturias), el año 1867, y murió, exiliado en Moscú, el año 1952.

Su trayectoria política comenzó muy pronto, en el año 1886, al ingresar como tipógrafo en la Asociación del Arte de Imprimir de Madrid, la cual daba cobijo a la mayor parte de los componentes de la Nueva Federación Madrileña, y proporcionaba a sus miembros la cobertura legal necesaria para seguir realizando actividades políticas y de propaganda clandestinas del grupo. La Nueva Federación Madrileña, defensora de los postulados del socialismo marxista, había surgido en el año 1872 a consecuencia de la escisión dentro de la Región Española de la I Internacional Socialista. El resultado de tal división fue la constitución de dos posturas opuestas; la socialista, defendida por la Nueva Federación Madrileña, y la anarquista, seguidora de los postulados defendidos por Bakunin.

La Asociación del Arte de Imprimir se convirtió en el núcleo del cual nació posteriormente el Partido Socialista Obrero Español, constituido legalmente en agosto del año 1889 por Pablo Iglesias. Isidoro Acevedo fue nombrado seguidamente secretario del nuevo partido, y actuó como tal en el mitin pronunciado en el Teatro Felipe del año 1896. También colaboró estrechamente con Pablo Iglesias en el periódico El Socialista, máximo órgano de expresión del P.S.O.E. y en el que Isidoro Acevedo se formó a todos los niveles. Al mismo tiempo que colaboraba en el periódico, Isidoro Acevedo desempeñó varios cargos dentro del partido y en la Asociación del Arte de Imprimir, hasta que, en el año 1898, se marchó a Santander en busca de trabajo y de nuevas expectativas. En la capital cántabra Acevedo desplegó un gran trabajo extendiendo el movimiento obrero. En el año 1900 pasó a dirigir el periódico cántabro La Voz del Pueblo, sustituyendo en el cargo a Álvaro Ortiz, destacado dirigente obrero. De Santander se trasladó a Bilbao, en el año 1905, para dirigir el periódico La Lucha de Clases, hasta el año 1910, en que pasó a dirigir el rotativo ovetense La Aurora Social. Durante su estancia en Oviedo se hizo cargo de la presidencia de la Federación Socialista Asturiana, hasta el año 1921, fecha en la que, junto con otros destacados socialistas, abandonó el partido socialista para integrarse en las recién nacidas estructuras del Partido Comunista de España.

Durante su estancia en Bilbao, Isidoro Acevedo tuvo una amplia y relevante actividad sindical y política en las filas del P.S.O.E. Fue él quien lideró la huelga producida en las minas de Vizcaya de julio de 1910, obligando al reacio y conservador gobierno de Canalejas a firmar un acuerdo entre ambas partes por el que se aprobó el Proyecto de Ley para establecer la jornada de nueve horas en la minería, amén de una subida de los salarios para el sector. El 11 de septiembre del año 1911 se repitió otra huelga minera, pero esta vez sin el resultado positivo de la anterior, por lo que los sindicatos C.N.T. y U.G.T. fueron declarados ilegales. Ante semejante hecho, Isidoro Acevedo aconsejó al P.S.O.E. la retirada de la consigna huelguística de los postulados del partido para así evitar su ilegalidad. Esta propuesta política fue aprobada por la dirección socialista de Madrid, el día 20 del mismo mes.

En Asturias, Isidoro Acevedo participó activamente en la huelga del año 1917, en calidad de dirigente regional del P.S.O.E, y por tanto de la U.G.T, sindicato mayoritario en la región y concretamente en el pujante sector minero. La estrategia que siguió Acevedo, siempre con el beneplácito de la dirección central del partido socialista y del propio Pablo Iglesias, consistió en provocar el colapso total de la industria nacional mediante el cierre de la minería asturiana y evitar, ayudado por el éxito del paro ferroviario, el abastecimiento de materia prima desde el extranjero.

Con el triunfo de la Revolución Soviética, Lenin buscó con ahínco la internacionalización de los postulados marxistas y revolucionarios, por lo que en el año 1919 se creó el Komintern de la III Internacional Comunista. Isidoro Acevedo se mostró partidario, desde un principio, de la adhesión del P.S.O.E al Komintern, pero su propuesta fue rechazada en el III Congreso Extraordinario del partido socialista, celebrado en abril del año 1921. Acevedo abandonó el partido socialista para incorporarse al nuevo Partido Comunista de España. Ya dentro del partido comunista, Isidoro Acevedo también desplegó un destacado papel, dirigiendo el periódico La Aurora Roja, órgano de la Federación Comunista Asturiana. En el año 1922 asistió como delegado al IV congreso de la Internacional Comunista. Gracias a ese viaje escribiría posteriormente el libro Impresiones de un viaje a Rusia, publicado en el año 1923. Formó parte del Comité Central del P.C.E hasta el estallido de la Guerra Civil española. Al acabar el conflicto se exilió en Moscú, donde fue presidente del Socorro Rojo Internacional; institución creada con el objeto de dispensar ayuda a los numerosos exiliados republicanos españoles que buscaron refugio en la U.R.S.S.

No obstante su dilatada trayectoria política, Isidoro Acevedo se interesó por el mundo literario. En el año 1923 escribió la novela Los Topos, cuyo argumento giraba en torno a la huelga minera asturiana del año 1927 realizada por el P.C.E contra el aumento de la jornada de trabajo. Gracias a esta obra Isidoro Acevedo se situó dentro de la corriente de la literatura social, iniciada en España desde principios de siglo. También publicó en el año 1925 otra novela titulada Ciencia y corazón: la novela de la fidelidad conyugal.

Bibliografía

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Autor

C. Herráiz García.