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LiteraturaBiografía

Abramowich, Shalom Jaaqov o Mendele Mokher Sefarim (ca. 1835-1917).

Narrador y ensayista ruso de origen judío, nacido en Kopyl (en Minsk, Bielorrusia) alrededor de 1835 (sus distintos biógrafos sitúan la fecha de su nacimiento entre 1834 y 1837), y fallecido en Odessa (Ucrania) en 1917. Aunque su auténtico nombre era el de Shalom Jaaqov Abramowich, firmó sus escritos literarios con el pseudónimo de "Mendele Mokher (o Moijer) Sefarim (o Seforim)", que puede traducirse como "Mendele, el vendedor de libros". Considerado como una de las voces más importantes de la literatura hebrea, ha pasado a la historia de su comunidad por haber sido el fundador de la moderna literatura escrita en lengua yiddish (o "judeoalemana").

A muy temprana edad se trasladó, en compañía de su familia, a los alrededores de Kaunas (Lituania), en cuyas academias talmúdicas recibió la formación elemental destinada a los niños de su credo. Ya en edad juvenil, se entregó a una vida disipada que, durante varios años, le llevó a vagar de un sitio a otro en el seno de una agrupación de mendigos, merced a lo cual tuvo ocasión de conocer muy bien toda la Rusia occidental y meridional, sembrada de populosos núcleos urbanos judíos. Especialmente fructíferas fueron sus estancias en Ucrania y el territorio de la Volinia, donde frecuentó dichos asentamientos hebreos y extrajo de ellos numeroso material narrativo para sus posterior incursión en el mundo de la creación literaria.

Una vez satisfechas sus necesidades de aventura, Abramovich decidió construir una vasta obra literaria en la que tuviesen cabida las costumbres, inquietudes y sentimientos de las clases populares judías, especialmente las reducidas a los ghettos urbanos. Empezó, así, escribiendo sus novelas primerizas en lengua hebrea, pero pronto pasó a servirse del yiddish como vehículo de expresión específico de los judíos asentados en la Europa Central y Oriental. Finalmente, en los últimos años de su trayectoria novelística y ensayística volvió a recurrir al hebreo, lengua a la que tradujo varias de sus obras anteriores escritas en yiddish, con lo que dio lugar a un nuevo lenguaje literario enriquecido por los rasgos más brillantes de las dos lenguas que había manejado en su carrera literaria y en su vida cotidiana.

De su formación académica le había quedado una acusada inclinación hacia el mundo de las Letras, especialmente influida por uno de los autores que luego servirían para caracterizar como quijotescas algunas de sus obras: Miguel de Cervantes Saavedra. En efecto, desde su primera novela, titulada Das kleine Menshele (El hombrecito, 1864), Shalom Abramovich dio muestras de una constante preocupación social que, casi siempre desde la perspectiva de la sátira, se interesaba por los tipos populares y fundía, en su pintura, humorismo y compasión, en una línea creativa que también le aproximaba a los mejores escritos de Charles Dickens. Esta primera incursión de Abramovich en el género narrativo vio la luz en Odessa, ciudad en la que se asentó el autor judío y en la que llegó a dirigir un colegio hebreo.

Posteriormente, publicó Fishke el cojo (1869), obra a la que siguió una de sus mejores entregas narrativas, titulada Die Klyatshe (La vieja yegua, 1878). En ella cuenta la patética historia de una achacosa cabalgadura que es perseguida y acosada por los rufianes de un pueblo, en una clara alegoría de la persecución milenaria sufrida por el pueblo hebreo. A continuación, su interés por las Letras españolas volvió a quedar patente en la novela titulada Masot Binyamin ha-selisi (Viajes y aventuras de Benjamín III, 1879), una lúcida y apesadumbrada parodia de los viajes medievales de Benjamín de Tudela, que le sirvió para poner de relieve las extremas condiciones de pobreza y discriminación en que sobrevivían las clases populares judías en la Europa Oriental. En esta obra -en la que resultan más patentes que en cualquier otra las influencias del Quijote-, Shalom Abramovich mostró un talante renovador y progresista que, al tiempo que defendía la legítima identidad del pueblo judío, ahondaba en su empeño de que se librara de una vez por todas de los rígidos corsés que le imponían sus más arcaicas tradiciones.

Convertido en un auténtico puente de enlace entre la milenaria tradición libresca judía y la moderna literatura hebrea del siglo XX (en la que dejó influencias tan nítidas como las confesadas por el gran poeta ucraniano Hayim Nahmán Bialik), "Mendele Mokher Sefarim" ("el vendedor de libros") revisó y amplió en múltiples ocasiones todos sus escritos, en un constante proceso de búsqueda de un estilo propio y una mayor perfección estilística. Sus obras completas -constituidas, además de sus ficciones narrativas, por numerosos ensayos críticos y de divulgación científica-, comprenden veinte volúmenes escritos en yiddish y otros siete publicados definitivamente en lengua hebrea.

En 1905, después del establecimiento de los pogroms en Rusia, Shalom Jaaqov Abramovich abandonó su país para establecerse en la ciudad de Génova durante algunos años. Finalmente regresó a Odessa, en donde murió en 1917, después de haber dado el impulso definitivo a la aventura literaria de la lengua yiddish, junto con el narrador y dramaturgo Solomon Rabinowitz (Shalom Aleichem) y el también dramaturgo y narrador judío, de origen polaco, Isaac Leib Peretz (o Yitzjok Leibusch Peretz). Por cuenta propia, cada uno de ellos se propuso la creación de una sólida literatura yiddish cuya finalidad esencial fuera satisfacer las necesidades de instrucción y distracción de las masas populares judías. Posteriormente, la mayor parte de los cultivadores de la creación literaria en dicha lengua evolucionaron hacia el socialismo, por lo que buena parte del corpus impreso en yiddish se ha identificado, en ocasiones, con esta corriente ideológica.

J. R. Fernández de Cano

Autor

  • JR