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LiteraturaBiografía

Abrahán ibn Ezra (1089-ca. 1164)

Poeta, filólogo, exegeta y científico judío, nacido en Tudela cuando todavía estaba la ciudad bajo poder musulmán. En su juventud se formó sólidamente en la cultura judía y árabe, probablemente en Toledo y Córdoba, y viajó a otros países. En 1140, quizá a consecuencia de desilusiones y problemas familiares, deja su patria e inicia el recorrido por diversos países europeos durante más de 25 años, hasta su muerte entre 1164 y 1167. Aunque le tocó ya vivir el declive de la época, la amplitud de sus conocimientos sacros y profanos hizo de él una de las últimas personalidades representativas del judaísmo de al-Andalus y sirvió de puente para difundir por la España cristiana y por toda Europa los frutos de la cultura hebraica andalusí.

La principal ocupación de los primeros años de su vida es, al parecer, la poesía. Aunque tuvo especial relación con su paisano, Judá ha-Leví, su forma de escribir poesía es ya muy distinta. Sin desconocer los géneros tradicionales andalusíes, como los panegíricos y cantos de amistad, en sus poemas se encuentran nuevos temas más concretos y realistas, de la vida de cada día, con protagonistas vulgares, curiosos o prosaicos, como mendigos y tahúres; adopta un tono de humor y de sátira un tanto amarga al mismo tiempo, introduciendo juegos de azar o de ajedrez, disputas sobre los méritos de las diversas plantas o animales, etc. A falta de inspiración y profundidad lírica, recurre con frecuencia al virtuosismo formal, escribiendo los poemas en formas gráficas muy curiosas. Ante la llegada de los almohades, llora amargamente la destrucción de las viejas aljamas.

Se conservan más de 500 poesías sinagogales suyas, muchas de ellas con estructura estrófica; a veces, con huellas de las ideas filosóficas y psicológicas, especialmente neoplatónicas, así como de las concepciones astronómicas de la época. Merece mención aparte un poema extenso (inspirado en Avicena) denominado Hay ben-Meqis, en el que el personaje así llamado viaja por toda la creación hasta llegar al más alto de los cielos.

Su deambular por Europa comienza por una estancia en Roma de donde pasa a otras ciudades italianas. Se detiene allí donde le acogen las comunidades judías y les transmite a cambio su ciencia poética y lingüística, su saber matemático, astrológico y filosófico, o sus comentarios a la mayor parte de los libros bíblicos, que iluminan el sentido de las palabras a partir de la más genuina exegesis andalusí. Cuando se lo piden, traduce para ellos obras escritas en árabe por los judíos de al-Andalus, como las obras filológicas de Hayyuy. En Italia escribe en esa misma década varios libros sobre gramática hebrea: Sefer moznayim o «Libro de la balanza», Sefer ha-yesod o «Libro del fundamento», la Defensa de Saadyah contra Adonim ha-Levi, el Sefer sahot o «Libro de la corrección lingüística» (traducido al castellano por C. del Valle, Salamanca, Univ. Pontificia de Salamanca, 1977), y Safah berurah, «La lengua clara». Redacta Comentarios al Pentateuco y a algunos Profetas y libros de carácter científico como el Sefer ha-Cibbur, «Libro de la intercalación» y el Sefer ha-mispar o «Libro del número».

En Francia, adonde se dirige hacia 1148, escribe nuevos comentarios bíblicos sobre el Pentateuco y numerosas obras científicas: Sefer yesod mispar, «Libro del fundamento del número»; Sefer ha-ehad, «Libro de la unidad», sobre matemáticas; Mispete ha-mazzalot, «Leyes de las constelaciones»; Resit hokmah, «Comienzo de la sabiduría», y varios libros más sobre astrología; Sefer keli nehoset, «Libro del instrumento de bronce», sobre el astrolabio; Sefer ha-Casamim, «Libro de las sustancias», sobre cuestiones de física y metafísica. En 1158 pasa a Inglaterra, y escribe el Yesod mora, «Fundamento del temor» y la Iggeret sabbat, «Carta sobre el sábado», volviendo después de nuevo al Sur de Francia, sin que sepamos a ciencia cierta dónde murió.

Además de su notable producción poética, sus comentarios bíblicos se cuentan entre los más apreciados en el mundo judío por su interés en el sentido literal del texto y sus conocimientos filológicos, a la vez que por su contenido filosófico y científico. Sus escritos sobre matemáticas y astronomía son una importante contribución al progreso de la ciencia occidental, y Europa le debe mucho poco en este terreno. Su actitud positiva hacia la astrología influiría no poco en las siguientes generaciones. Su filosofía es esencialmente neoplatónica, aunque sin solidez sistemática. En el terreno de la gramática, no sólo sistematiza y propaga las ideas de los filólogos andalusíes del siglo XI, sino que elabora una nueva síntesis personal.

Bibliografía

  • DÍAZ ESTEBAN, F. (ed.) Abraham ibn Ezra y su tiempo. Actas del Simposio Internacional. Madrid, Tudela, Toledo. 1-8 febrero 1989. (Madrid: Asociación Española de Orientalistas, 1990).

  • SÁENZ-BADILLOS, A. Literatura Hebrea en la España medieval. (Madrid: Fundación Amigos de Sefarad, 1991).

  • SÁENZ-BADILLOS, A., TARGARONA, J. Diccionario de autores judíos (Sefarad. Siglos X-XV). (Córdoba: El Almendro, 1990).

Autor

  • Ángel Sáenz Badillos