A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaBiografía

Abello, Vicente (S. XIX).

Militar español, cuyas fechas exactas de nacimiento y muerte se desconocen, aunque es sabido que vivió en la primera mitad del siglo XIX. Entró en el ejército de cadete. Participó en la expedición de Panzacola (durante la cual se vio atrapado en una tormenta de cinco días) y luego estuvo treinta meses destacado en Melilla, en donde fue herido gravemente por la explosión de un repuesto de pólvora. Posteriormente vivió los terremotos y el sitio de Orán y, en la guerra contra la República francesa en el Rosellón, fue herido en cinco ocasiones. En 1808, la Junta de Granada le encargó que saliese a interceptar el paso de las tropas de Dupont. Ocupó Jaén; libró la acción del 1 de julio de 1808 y la del 3, y concurrió después a las batallas de Mengíbar y Bailén, los días 16 y 19 de julio de 1808. Creó los regimientos de Alcalá y Vélez-Málaga de Infantería de línea, de los que fue coronel vivo y efectivo. El 24 de enero de 1810, el pueblo de Málaga le aclamó capitán general y, a pesar de no haberlo buscado, supo cumplir. Sin embargo, este fue el comienzo de una mala racha. Libró la acción del 5 de febrero de 1810 en las inmediaciones de Málaga, y fue derrotado por el general Sebastiani (aunque hay quien dice que esta acción supuso la liberación de Cádiz y de la Isla de León, y por tanto de la Patria). Refugiado en Cádiz, padeció larga prisión, hasta que fue liberado por las Cortes.

Publicó distintos trabajos, entre ellos Copia de la representación que elevó a S. M. el Soberano Congreso de la Nación... (1811), Manifiesto que hace a su patria Don..., Capitán general, aclamado por el lealísimo pueblo de la ciudad de Málaga, el día 24 de Enero de 1810 (Isla de León, 1811), "Contestación de D... al Manifiesto del Duque de Osuna" (Isla de León, 2 de enero de 1812), que apareció en el Robespierre español, núm. 23, 1812, pp. 337-350, y un artículo comunicado (fechado en Isla de León, el 22 de mayo de 1812, que apareció en el Redactor, nº 380, 28 de junio de 1812) en el que afirma que ha sufrido veintiocho meses de proceso, que se batió treinta y ocho veces con el enemigo, al que derrotó en seis ocasiones, y que ha quedado cojo, manco y descostillado. En otro artículo da a conocer una proclama de Horacio Sebastiani y del coronel Bonillé, titulada Proclama a los habitantes de la provincia de la ciudad de Málaga, 10 de febrero de 1810, y en un nuevo artículo fechado en Cádiz el 22 de julio de 1813, y publicado en el Diario Mercantil de Cádiz, nº 183, del día 24, vuelve a repetir la elección popular del 24 de enero de 1810 en Málaga, con la que salvó Cádiz y la Isla de León, que los franceses habían pensado ocupar entre el 31 de enero y el 1 de febrero. Pero a él le supuso tres años y medio de prisión, con las alternativas de encierros, hambres, miserias e ignominias. Se le fulminó una causa, que corrió a cargo de tres fiscales: el primero, Tomás García Riaño, fue hombre de bien; a los otros dos, Diego de Reyes y Miguel Pérez Mozun, no los quiere calificar, porque sus maldades hablan por sí solas. Un Consejo de Guerra de generales le sentenció a ser encerrado en Ceuta, aunque conservó el empleo de coronel. Tomás Moreno, fiscal en el Tribunal especial de Guerra y Marina, presentó un dictamen "sofístico e incomprensible", pero el fiscal togado, Ramón Pinzón, se condujo con dignidad. El Tribunal estimó que no debe irrogarle perjuicio la causa sufrida, debe disfrutar de su sueldo y empleo de coronel, y en cuanto a sus excesos, los ha pagado con la larga prisión y privaciones padecidas. Se califica de excesos haber admitido del pueblo la investidura de capitán general y haber conferido empleos en nombre de Fernando VII, pero estima que deben ser reprendidos los jefes que abandonaron los puestos en que Abello los había colocado. Abello trata de defender, en su persona, el concepto de soberanía del pueblo, sin darse cuenta de que esto es precisamente lo que los militares que le juzgaban no podían tolerar. Por ello, se le formó otra causa a comienzos de 1814, con el cargo de haber pretendido conmociones populares en su aproximación a Málaga. Fueron acusados junto con él Manuel Santaella y Salvador Terradas. Un Consejo de Guerra de oficiales generales, el 5 de abril de 1816, le absolvió de todos los cargos, así como a sus conreos. Pero lejos de ponerle en libertad, llegó una orden reservada en virtud de la cual Eguía decretó que se le encerrase en la Alhambra y se le redujese a la mitad la paga. El 10 de febrero de 1818 se dio orden de devolverle el sueldo, pero la orden no fue cumplida. Por el contrario, Pedro Agustín de Echevarri procedió a degradarle públicamente, y le despojó de armas, bastón, caballo y uniforme, al tiempo que le obligaba a hacer dos leguas de camino hasta Gibraltar en mangas de camisa (febrero, 1818). Fue encerrado en el presidio de La Carraca, sin cama, mesa ni silla. Se dio también la orden de embarcarle en el navío de guerra El Montañés, para ser deportado a Puerto Rico; todo ello sin formación de causa.

La revolución de 1820 le libró de más desdichas. Un nuevo Consejo de Guerra de oficiales generales volvió a absolverle el 28 de julio de 1820, y no sólo ordenó que se le pusiese en libertad y se le pagasen sus sueldos atrasados, sino que además le declaró uno de los hombres más dignos de la Nación. Publicó entonces Copia de la representación que el 3 de septiembre de 1820 elevó a Fernando VII, el coronel ... que fue aclamado Capitán general por el heroico pueblo de la ciudad de Málaga y demás de su provincia marítima el día 24 de enero de 1810 (Granada, 1820), en la que además de narrar sus cuitas dice poseer seis escudos y dos cruces, y tener derecho a la de San Hermenegildo.

Bibliografía.

  • PALAU Y DULCET, A.: Manual del librero hispano-americano, Barcelona-Madrid: J. M. Viader, 1948-1977.

  • RIAÑO, C.: El Teniente General Don Antonio Nariño, Bogotá, 1973.

  • Redactor general de España, Madrid, 1821.

A. GIL NOVALES.

Autor

  • Gil Novales.