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BiografíaPolítica

Abdul Aziz bin Abdul Rahman Al Saud o Ibn Saud (1880-1953).

Rey y fundador del moderno Reino de Arabia Saudita nacido en Riyadh en 1880 y muerto en Taif en 1953.

Hijo del Imán Abdul Rahman de la poderosa familia Al Saud, que a lo largo del siglo XIX había consolidado su autoridad a lo largo y ancho de la mayor parte de la Península Arábiga, nació en un momento de decadencia del poderío de su familia y del movimiento wahabita. En 1890, amenazados por sus rivales los Al Rashid, la familia Al Saud abandonó la Península y se vio obligada a huir a Kuwait, donde el joven Abdul Aziz aprovechó los años de exilio para incrementar su educación y, especialmente, sus conocimientos sobre política internacional. Mientras tanto, el regente de los Al Rashid en Riyadh gobernaba a su pueblo con mano férrea y propiciaba un ambiente proclive a la insurrección.

En diciembre de 1901, con sólo 21 años, Abdul Aziz, a la sazón un gran jinete y con una imponente presencia física, reunió una fuerza de cuarenta hombres, principalmente amigos suyos, y emprendió una expedición para recuperar Riyadh. El 15 de enero de 1902, con sólo 15 guerreros, escaló una parte de la muralla de la ciudad adyacente a la casa de un antiguo servidor de su padre, cuya esposa les facilitó información decisiva para acabar con el emir Ajlan, gobernador de Riyadh. En un ataque sorpresa a su residencia, el emir resultó muerto; la guarnición de Riyadh, desmoralizada por la muerte del gobernador, asumiendo que tal ataque sólo podía haber sido organizado por una gran fuerza y ante el apoyo de la población al retorno de los Saud, se rindió sin mayor resistencia.

Comenzó así la lucha para expandir el control de los Al Saud por toda Arabia y restablecer los logros de sus antepasados en el siglo XVIII. Hacia el final de 1904, a pesar del continuo apoyo del Imperio otomano, gran parte de las fuerzas de los Al Rashid habían desaparecido y las que quedaban se concentraban en el área de Jammal Shammar, al norte del Nejd (la región central, alrededor de Riyadh). Gracias a las exitosas tácticas de guerrilla de los guerreros del desierto de Abdul Aziz y a sus negociaciones diplomáticas, el Imperio otomano se vio forzado a retirar sus tropas y en 1906, con la muerte de Al Rashid, Ibn Saud disfrutó de un control absoluto sobre todo el Nejd. Sin embargo, su obsesión siguió siendo extender su dominio por toda la Península y volvió su atención hacia la región de Al Hasa y la zona del golfo Pérsico, todavía bajo dominio turco.

Suficientemente cauto para mantener formalmente el reconocimiento de la soberanía otomana y extremadamente hábil diplomáticamente, supo mantener, gracias a sus contactos con Gran Bretaña, un equilibrio político que le hizo prácticamente independiente y garantizó la suficiente estabilidad para emprender una reorganización total de la administración del país, algo que a largo plazo supondría una garantía de su dominio político y militar.

En 1912, Ibn Saud estableció la primera colonia Ikhwan en el oasis de Al Art Awiyah. Enteramente habitada por beduinos, la colonia fue, de facto, un destacamento militar dedicado al servicio de Dios y de Abdul Aziz, con una fuerte organización tribal y religiosa. Durante la década siguiente, Ibn Saud estableció más de 100 colonias similares por todo el país, formando así una extraordinaria fuerza militar que, en última instancia, garantizaría su triunfo, llevando a su extremo los principios del movimiento wahabita.

En 1913, Abdul Aziz lanzó un ataque contra las fuerzas otomanas acuarteladas en Al Hasa y consiguió hacerse con el control de la región. En 1916 firmó un tratado con Gran Bretaña en el que ésta le reconoció como único gobernante de Al Hasa y Nejd. Este tratado permitió tácitamente a Ibn Saud derrocar a los restantes gobernantes de los Al Rashid, y para 1918 su autoridad se extendió hasta las puertas de Hail, la capital de los Al Rashid.

Durante el año siguiente, una fuerza de la Ikwahn lanzó un ataque contra Sharif Hussein, emir de Meca y rey de Hijaz, pero Ibn Saud contuvo a sus fuerzas y el Hijaz (la región de Meca) no fue atacado. En su lugar, Abdul Aziz decidió consolidar su autoridad en el sur del país y tomó la región montañosa de Asir y, posteriormente, Hail, la capital Al Rashid.

En septiembre de 1924 los británicos organizaron en Kuwait una conferencia regional a la que asistieron Ibn Saud, el emir kuwaití, Sharif Hussein de Meca y sus hijos, a la sazón reyes de los protectorados de Iraq y Transjordania, con la intención de solucionar los problemas fronterizos y estabilizar la región. El encuentro acabó en total desacuerdo y Gran Bretaña anunció que dejaría de pagar los subsidios económicos (unos 5.000 dólares al mes) con los que ayudaba a Ibn Saud y Hussein. A su regreso a Riyadh, Ibn Saud organizó una campaña militar contra Hijaz (Hussein se había autoproclamado califa de La Meca, reclamando así autoridad moral e influencia política, reforzadas por su pertenencia a la familia del profeta Mahoma, sobre todo el mundo musulmán) y atacó a las fuerzas de Hussein. Sin gran resistencia, ocupó La Meca y puso sitio a Jeddah y Medina, que se rendirían antes de terminar 1925.

El 8 de enero de 1926, Ibn Saud fue proclamado rey de Hijaz en la Gran Mezquita de la Meca, y en 1927 cambió el título de sultán de Nejd por el de rey. En ese mismo año se firmó el Tratado de Jeddah, por el que Gran Bretaña reconoció de facto la independencia Saudita.

En los años siguientes el país viviría en una situación de guerra civil generalizada tras la rebelión de los líderes de la Ikwahn. Sin embargo, los ulemas de Najd y el pueblo apoyaron mayoritariamente al rey y, finalmente, con la ayuda de los británicos, la rebelión fue sofocada en 1930.

El 23 de septiembre de 1932, los reinos de Nejd y Hijaz, hasta entonces administrados como unidades administrativas separadas, se convirtieron en uno y se creó formalmente el Reino de Arabia Saudita. Ese mismo año Ibn Saud designó a su hijo primogénito Saud como príncipe heredero y sucesor al trono, e hizo que este nombramiento fuera apoyado por los principales líderes de la familia Al Saud con la intención de evitar una guerra fratricida a su muerte.

Siguió un período relativamente tranquilo en el que Ibn Saud consolidó la unidad territorial de la Península y su desarrollo económico. A pesar de su habilidad diplomática y sus contactos con el extranjero, el rey permaneció siempre opuesto a la intervención extranjera en asuntos de política interna. Durante esos años el rey estableció numerosas instituciones administrativas, como la Fiscalía General en Hijaz, el Consejo Shoura, el Consejo de Diputados y varios ministerios, cambiando de forma definitiva la tradicional administración política de la Península.

En 1933, Ibn Saud firmó el primer acuerdo con una compañía petrolera americana, la Standard Oil Company de California, probablemente para intentar equilibrar la influencia británica. La compañía no dio con petróleo hasta 1938, y la explotación prácticamente cesó durante la Segunda Guerra mundial, lo que dejó a Ibn Saud sin unos muy necesarios ingresos. Sin embargo, después de la guerra se restableció la producción de petróleo y, para 1950, Ibn Saud había ingresado unos 200.000 dólares. En 1953, los ingresos habían ascendido a unos 2,500.000, y los efectos en la sociedad saudita se hicieron notar. Las austeras convicciones religiosas del rey sufrieron enormemente y el país se vio invadido por gran número de aventureros.

A causa de la situación interna, en su último año de vida su deterioro físico y mental fue evidente. Con numerosas esposas y más de 40 hijos, el rey murió en la ciudad de Taif en 1953, tras sufrir un ataque al corazón, tras haber conseguido convertir a Arabia Saudita en uno de los estados más influyentes de Oriente Medio. Le sucedió su primogénito Saud.

Bibliografía

  • ALMANA, M. Arabia Unified: A Portrait of Ibn Saud. 1982.

  • KAMAL SALIBI. A History of Arabia.1980.

  • HOWARD, D. A. The Desert King. 1964.

Jaime Prujà-Artiaga

Autor

  • 0304 Jaime Prujà-Artiaga